ANA KARENINA - LEON TOLSTOI
LEON TOLSTOI
León Tolstói , fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial. Sus dos obras más famosas, Guerra y Paz y Ana Karénina, están consideradas como la cúspide del realismo ruso, junto a obras de Fiódor Dostoyevski.
Sus ideas sobre la «no violencia activa», expresadas en libros como El reino de Dios está en vosotros, tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther King.
He aquí un pequeño resumen del relato visto en clase:
Stiva, el padre de los Oblonsky, le es infiel a su mujer y un día éste se despierta en su despacho y empezó a pensar sobre lo que había soñado. Tras esto recordó por qué se encontraba en su despacho y no en su cama. Stiva, cuando ve a Dolly (su mujer) se dio cuenta de que ella sabía que le era infiel y éste,ante la situación dada respondió con una sonrisa. (Y Dolly no reaccionó muy bien ante esto)
He aquí un pequeño resumen del relato visto en clase:
Stiva, el padre de los Oblonsky, le es infiel a su mujer y un día éste se despierta en su despacho y empezó a pensar sobre lo que había soñado. Tras esto recordó por qué se encontraba en su despacho y no en su cama. Stiva, cuando ve a Dolly (su mujer) se dio cuenta de que ella sabía que le era infiel y éste,ante la situación dada respondió con una sonrisa. (Y Dolly no reaccionó muy bien ante esto)
La novela está considerada una de las obras cumbres del realismo. Para Tolstói, Anna Karénina fue su primera verdadera novela. La apariencia física del personaje que da nombre a la obra parece estar inspirada en Maria Hartung (1832-1919), la primogénita del poeta ruso Aleksandr Pushkin. Poco después de conocerla en una cena, Tolstói comenzó a leer la prosa de Pushkin y tuvo un efímero sueño con «un aristocrático codo desnudo», que probó ser el primer acercamiento al personaje de Anna.
Aunque muchos críticos calificaron la obra en el momento de su publicación como un «romance de alta sociedad», Fiódor Dostoyevski declaró que era una «obra de arte». Vladímir Nabókov secundó esta opinión, admirando sobre todo la «magia del estilo de Tolstói» y la figura del tren, que se introduce ya en los primeros capítulos (los niños jugando con un tren de juguete), desarrollada en capítulos siguientes (la pesadilla de Anna) hasta llegar al majestuoso final.
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