ITALO CALVINO
ITALO CALVINO
Nacido en Cuba de padres italianos, toda su etapa formativa se desarrolló en Italia, donde también se desarrollaría la mayor parte de su carrera como escritor.
En 1952, siguiendo el consejo de Vittorini, abandonó la literatura realístico-social y picaresca para dedicarse a una especie de narración aparentemente fantástica pero que podía ser leída en diferentes niveles interpretativos. Se trata de la trilogía llamada nostri antenati (Nuestros antepasados), una representación alegórica del hombre contemporáneo. Forman parte de ella tres novelas: El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente.
El Barón Rampante (Texto creativo)
¡Qué mal huele aquí siempre! Pero bueno, ¡por lo menos vivo dentro de cuatro paredes, bastante extensas y que conectan con muchísimos sitios de la ciudad!
Mushu se levantó con mucha energía y con mucha hambre, por lo que se dirigió a coger lo primero que encontrase por la calle, siempre y cuando estuviese en buenas condiciones. Es muy exquisito.
¡Hola! ¿Me puedes dar un trozo de eso? como respuesta ante su petición, le gritaron y le pegaron una gran patada.
¡Siempre pasa lo mismo! ¡No entiendo por qué me tratan tan mal!
Mushu se dirigió a su hogar, bueno, el lugar donde él se encontraba agusto.
Verás, Mushu es un ser muy peculiar y desgraciadamente, solitario. Él se considera único, ya que nunca ha visto a nadie exactamente como él en su año de vida. Los seres que le rodean cuando sale de su cobijo son muchísimo más grandes que él y no les entiende cuando hablan. Su vida es bastante complicada durante el día, así que se ha vuelto un nocturno.
Un día mientras dormía empezó a escuchar mucho jaleo el la lejanía. Unos gritos de un conjunto de seres, no entendía nada de lo que decían. Mushu empezó a tener miedo, en la esquina de enfrente se empezaban a proyectar unas siluetas las cuales eran espeluznantes. Tras un rato, estos sonidos pararon, pero él no pudo volver a conciliar el sueño.
El día siguiente salía el sol y hacía una brisilla muy agradable por lo que decidió salir a dar un paseo. Encontró un restaurante, así que decidió entrar a comer algo, pero como siempre, por un lugar donde nadie le viese, porque sino le echarían regañándolo y en el peor de los cascos, le podrían hacer mucho daño.
Pudo entrar sin que nadie le regañase y coger bastante comida.
¡Jo! ¡Hacía cuanto no comía así! A saber si voy a poder volver andando, ¡se me ha inflado la tripilla!
Me voy a llevar más cosas para luego.
El día pasaba mientras que él paseaba, ese día visitó varios sitios. Pasó por una calle nueva donde había un lugar con esos bichos que hacen un ruido raro cuando hablan y otros bichos con los que se llevan a muerte.
Había una chica con el pelo negro y muchos dibujitos en los brazos y cosas brillantes en la nariz y las orejas. Llevaba una especie de cesta con barrotes blancos. Mushu empezó a escuchar gritos de nerviosismo los cuales podía entender.
La chica se llevó la cesta a una habitación donde había otra persona con una bata.
¿Que pasaría si la sigo? Se preguntó a sí mismo
Una vez en la habitación se escuchaban mejor los gritos. Por primera vez escuchaba unas palabras con sentido y que pudiese entender.
La persona de la bata le pregunto algo a la chica - ¿Traías dos? ¿Creo que se te puede haber escapado la otra? . Ante esto la chica miró al suelo y miró a Mushu. Sin tener miedo le cogió
¡WOOOO! - Le cogió muy deprisa y él sintió vértigo.
La chica hablaba, pero no entendía que decía.
¿Por qué me hacían cosquillas?
Te estaban haciendo una revisión para saber si estabas malito
¿Malito?
Sí, para saber si tenías algo que te hacía daño por dentro
¡Ah!
Tienes bastante suerte de que te hayan acogido así ¿sabes?, normalmente solemos acabar en laboratorios o nos matan por que les damos asco.
En el veterinario, la chica acogió a Mushu después de un chequeo y empezó a hablar con la primera rata que había conocido, Morka.
Ella le explicó todo. Ahora todo tenía sentido, si no entendía a los humanos era porque eran diferentes y se comunican de otras formas.
- Los podemos entender cuando hacen ciertos sonidos - Explicó Morka.
Finalmente, Mushu vivió con Morka durante otros 2 años, y tuvieron una cantidad incontable de bebés los cuales fueron cuidados con cariño por la chica de los dibujitos en los brazos y la chica que siempre estaba con ella.
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