La Metamorfosis - F. Kafka

LA METAMORFOSIS

Aquella mañana, cuando me desperté, digamos qué, mi cuerpo no despertó conmigo.
Al igual que muchas otras veces, sólo despertó mi cerebro y mis músculos permanecían totalmente inmóviles. El miedo me invade, y como siempre, tengo la sensación de que he muerto.
Pasado un rato, me doy cuenta de lo que me ha vuelto a pasar. Parálisis del sueño. Por lo que empiezo a intentar hacer lo que siempre hago para hacer que se vaya, empiezo intentando mover ciertas partes, como los dedos de manos y pies para intentar despertar. Bien! he conseguido despertar del todo.
Ahora voy a seguir durmiendo, porque es más pronto de lo que esperaba. Gran error, cuando sufres parálisis del sueño y logras despertar, no debes dormir de nuevo rápidamente y mucho menos dormir boca arriba.
Volví a despertar. Esta vez no me centré en el hecho de que no podía moverme, pensaba que no era otra vez parálisis del sueño, por que estaba pasando algo frente a mí.
Notaba una presión en el pecho, como si tuviese algo posado en mi pecho,y por otra parte notaba la mirada de algo clavada en mí.

Intento calmarme, me incomoda mucho que me observen. Me cuesta respirar. Empiezo a sentir que alguien esta a mi lado y escucho como me dice algo que no puedo entender al oído. El miedo me invade, el pulso se me acelera demasiado. Sólo quiero que se pase ya.
Cada vez la voz se aleja más y la presión y la mirada se alejan con ella, me intento calmar y concentrarme más en despertarme de nuevo como antes. 
Lo consigo por fin, estoy sudando muchísimo y el corazón sigue acelerado. Miro mi entorno en busca de lo que ha estado a mi lado cuando dormía, pero no aparece nada.

Al pasar un rato, miro mi móvil para ver que hora es. Solo habían pasado 2 minutos desde la anterior vez en la que me desperté. Pareció una eternidad, como si hubiese estado en el propio infierno.
No dormí hasta que llego la hora de prepararme para ir al instituto.
Al llegar a casa de vuelta, busqué que era lo que me había sucedido y encontré un nombre que designaba ésto y un cuadro que define lo que sentí. La Pesadilla, por Henry Fuseli, en él aparece un duende,que se encuentra en el pecho de una persona (lo que me hacía una presión y dificultaba el respirar) y un asno con unos ojos bastante llamativos (que parece que observar fijamente a la persona que duerme, casualmente, boca arriba).

Espero que no vuelva a pasar y si pasa, espero que no vuelvan estas criaturas.



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